Maspalomas en el cine

Las Múltiples posibilidades que ofrece el paisaje de Maspalomas, además de las excelentes condiciones meteorológicas reinantes a lo largo de todo el año, determinaron que este espacio de Gran Canaria haya sido motivo de atención por parte de los cineastas, sirviendo de escenario no sólo para diversos documentales, sino también para varias películas. En ocasiones ello se enmarca en el intento, tantas veces repetido como fracasado, de crear en las Islas una infrastructura suficiente para consolidar una producción industrial de cine.

A la hora de rodar documentales o cortometrajes que recojan los atractivos tirísticos y naturales de la isla, Maspalomas siempre va a estar presente. Así sucede, entre otros, con Gran Canaria (1946), dirigido por martín Moreno; En la luz de Gran Canaria (1955), dirigida por Christian Anwarder; Atlántico edén (1965), dirigido por Juan Isasi; Gran Canaria (1967), dirigida por Jerónimo Mihura; etc. (Morales Quintero, S. Et al., 1997).

El valor histórico de muchas de éstas y otras producciones que se elaboraaron en las pasadas décadas, es muy alto, puesto que nos ofrecen una visión de las Islas muy diferente de la actual y definitivamente desaparecida. En este sentido resulta de especial interés un documental, Paraíso en el Atlántico, dirigido por David J.Nieves, corresponsal de la agencia de noticias EFE y el NO-DO en el Archipiélago, y uno de los más prolíficos documentalistas de la época. Producido y financiado en 1965 por Alejandro del Castillo, promotor del proyecto Maspalomas Costa Canaria.

En él se recogen los pormenores de dicha urbanización, con los inicios del turismo en el sur grancanario .

Ya en el terreno de las producciones cinematográficas de largometraje, Maspalomas sirvió de escenario para algunas de las películas que más resonancia han tenido en la sociedad isleña, en concreto la coproducción hispano-italiana Tirma, rodada a lo largo de 1954.

Basada en una obra teatral de Juan del Río Ayala, en ella se recrean una serie de episodios históricos, en torno al final se la Conquista de Gran Canaria. Sin embaargo, se confeccionaría un guión que en razón de sus múltiples modificaciones logró perder su base original, así como cualquier rigor histórico. Pero el hecho de tratarse de una superproducción, en la que bajo la dirección de Pablo Moffa trabajaron estrellas como Silvana Pampanini, Gustavo Rojo o Marcello Mastroianni; el propio tema de la película y el hecho de que muchos isleños participaran en ella como extras, determinó que levantara una gran expectación.
La Charca, el palmeral y las dunas de Maspalomas constituyeron un plató natural en el que se desarrollaron varias escenas de la película. Para ello incluso se procedió a levantar una réplica del Castillo de la Luz en los bordes de la Charca, y que además estaba rodeado por las tiendas del campamento castellano. Ello sin duda constituyó una de las tantas invensiones históricas de la película, pues dicha construcción militar no se edificó hasta unos cuantos años después de finalizada la Conquista. También se harían llegar hasta las aguas sureñas unas réplicas de las carabelas colombinas, siguiendo el dislate cronológico.

Asimismo carece de verosimilitud, contemplar a la princesa Guayarmina, papel protagonizado por Silvana Panpanini, cabalgando por el palmeral, a lomos de un blanco corcel. Es más, con respecto a estas imágenes, resulta cuando menos curioso “la vertiginosidad con que los personajes, especialmente en las secuencias de persecusiones a caballo, recorren el espeso pinar de Tamadaba para segundos más tarde aparecer galopando por el exótico, y casi desértico, paraje de las dunas de Maspalomas” (Cabrera Déniz, D., 1996:463).

Precisamente la presencia en tierras canarias de la Pampanini, supuso todo un acontecimiento en la puritana sociedad isleña de aquellos años del nacional-catolicismo. El que la actriz italiana estuviera en Maspalomas, despertó el interés por visitar esa parte de la Isla, y desde luego, no para disfrutar de la naturaleza o de un baño en la playa, dando lugar a simpáticas anécdotas, como las apuntadas por el periodista José A. Alemán en su libro Crónicas para cuasi cuarentones.

Mayor resonancia internacional tendría Moby Dick, (1956), para la que sirvieron de escenario los paisajes marinos de Gran Canaria, entre ellos la zona de Maspalomas (Díaz Bethencourt, J., 1996:473). Esta producción de la Warner Bros., con todo un John Houston como director y actores de la talla de Gregory Peck, Leo Genn u Orson Wells, creó una gran espectación en la Isla, participando muchos canarios en diferentes aspectos de su rodaje. Particularmente curiosa fue la construcción, en un tiempo record, de un enorme cachalote por los carpinteros de ribera del Puerto de la Luz (del Rosario, F., 1989), y que en definitiva venía a ser el gran protagonista de la obra de Herman Melville.

También en Maspalomas se rodó parcialmente una coproducción hispano-alemana tutulada La estrella de África, de ambiente bélico, y de la que los cronistas locales de la época resaltaron la utilización hecha de unos exteriores tan representativos del paisaje isleño, simulando el desértico territorio del vecino continente.

Más espectacular resultó la producción británica Cuando los dinosaurios dominaban la Tierra, rodada en las Islas Orientales del Archipiélago y en donde también se utilizaron los escenarios naturales del Sur grancanario. Producida en 1971, y dirigida por Val Guest, tuvo como protagonista a Victoria Vetri y Robin Hawdon (Platero, C., 1981). La película muestra la díficil convivencia entre los humanos y los dinosaurios, en un medio totalmente hostil, en el que se suceden los cataclismos naturales. Al margen de sus valores artísticos, o de su nula credibilidad científica, resultan realmente curiosas las escenas de dinosaurios en medio del Palmeral de Maspalomas: desde la pequeña cría que juguetea con Victoria Vetri, o el terrible especimen que se dedica a devorar a aquellos hombres “primitivos” que se le ponen por delante. Sin duda, todo un adelanto de esas décadas después, serían llevadas a la pantalla de mano de Steven Spielberg.

Esta información está copiada del libro: Maspalomas Espacio Natural.
Autor: Rubén Naranjo Rodríguez, de la página 85 a la 89.
Editado por el Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana y la Concejalía de Turísmo.

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